martes, 16 de diciembre de 2008

Precoces 1

El agosto pasado me di una vuelta por Madrid y aproveché para visitar una vez más el Reina Sofía. Expuesto al final de un pasillo, me llamó la atención un cuadro grande, no muy bien iluminado y que yo no conocía. Pensé que quizá fuese uno de esos cuadros de relleno que se ponen en las escaleras y en los accesos a las salas de los museos. Pero no podía ser; era una obra excepcional. Me acerqué para leer el nombre del autor: Ángeles Santos. La primera sorpresa, relativa, fue que se trataba de una mujer. Por lo visto, Maruja Mallo y María Blanchard no eran las únicas pintoras de vanguardia de la época. Lo que realmente me asombró fue comprobar que lo había pintado con 17 años. Increíble. Apunté rápido su nombre pensando "esto hay que investigar".
Ángeles Santos vive actualmente en Majadahonda, Madrid, y ha cumplido 97 años. En cierto modo se podría decir que ha sido una artista malograda. Tras una primera época en la que asombraba al publico y a los artistas de la época con sus obras de vanguardia, fue internada en un sanatorio. "Me demencié" dice ella. Cuando volvió a pintar, abandonó el surrealismo y las otras tendencias que practicaba por otra pintura, en principio, mucho menos interesante. "Cuando me casé, me dije que ya no quería pintar más como lo había hecho". Según cuenta su hijo, el pintor e ilustrador Julián Grau Santos, "decía que no le gustaban sus primeros cuadros, que eran tétricos y le habían hecho sufrir".

"Un mundo" de Ángeles Santos (1929)

Ayer empecé a escribir esta nota sobre Ángeles Santos. Llevo con la idea desde agosto, claro, y casualmente (aunque no es la primera vez que me pasa algo similar) me encuentro en El País de hoy un artículo sobre ella. Parece que me están mirando por un agujerito.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Otoño mutante

Quiero dedicar este otoño que está a punto de terminar, con todo mi cariño y todo mi afecto, a los memos y a los bobos que estaban en junio quejándose del calor y pidiendo que llegase pronto el fresco.

¡PUES TOMA FRESCO!

El ser humano es una especie tropical así que los friófilos deben tener mal el termostato.
Lo bueno es que en invierno no hará peor tiempo... porque es imposible.