lunes, 23 de abril de 2007

Cosas que se hacen en privado

Después de la fiesta lo ideal y, sobre todo, si ha sido intensa, es disponer del día siguiente libre en todos los aspectos para utilizarlo como a uno le de la gana. Embrutecerse ante cualquier cosa que echen en la tele con Coca-Cola y patatas fritas, pasear por donde no haya nadie, encerrarse a cal y canto en la habitación a oscuras, cambiar los muebles de sitio... lo mío es el anime de Ghibli.
Anime, a lo que muchos llaman manga equivocadamente es, en general, la animación japonesa. Sí, desde Heidi hasta la última epopeya cyberpunk de las muchas que surgen en aquel país. Y como ya digo, a mí me gustan las películas que hace Studio Ghibli; y verlas una y otra vez. Ghibli básicamente son las películas de Isao Takahata (La tumba de las luciérnagas, Mis vecinos los Yamada) y Hayao Miyazaki (La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro). Sin embargo las que prefiero no son estas citadas sino algunas otras más pequeñas y desconocidas como Mi vecino Totoro de Miyazaki y Mimi Wo Sumaseba (Susurro del corazón) de Yoshifumi Kondo.

A estas alturas, en el supuesto caso de que alguien esté leyendo ésto, es muy probable que se esté preguntando ¿De qué demonios está hablando éste? ¿Qué películas son esas? ¿Quienes son esos tipos? y otras preguntas por el estilo. Una vez más hay que lamentar que obras de altísimo nivel y suficientemente reconocidas en su país sean ignoradas en el resto. De hecho, si no me equivoco, 12 años después de estrenada, Susurro del corazón sigue sin ser publicada aquí en DVD. Claro, que si de dibujos animados estamos hablando, no hay más que ver que a pesar de ser el nuestro un país con dos o tres productoras de animación y con un par de películas anuales, no parece ser esto algo a lo que se intente sacar brillo. Habrá que seguir bien atento para que no se nos escape nada.