domingo, 15 de abril de 2007

Los amigos, las relaciones... y la libertad

Hoy, que es domingo, me había dado fiesta. Pero enredando por ahí con la intención de conseguir cosas sobre mi admirada Carmen Martín Gaite, he encontrado este párrafo, incluido en un texto autobiográfico que escribió y que me ha gustado tanto que no puedo evitar ponerlo a continuación:

"Excepción hecha de un período de ocho meses en el año 73, en que tuve un empleo en la editorial Salvat, nunca he desempe­ñado trabajos atenidos a un horario fijo, y se puede decir que he vivido exclusivamente de la pluma, como era mi deseo. He he­cho ediciones críticas, traducciones, prólogos, artículos, guiones de cine, adaptaciones de clásicos, colaboraciones para la radio, y hasta he cantado canciones gallegas en un teatro. Pero siempre he evitado, aun a costa de vivir más modestamente, los empleos que pudieran esclavizarme y quitarme tiempo para dedicarme a la lectura, a la escritura y a otra de mis pasiones favoritas: el cul­tivo de la amistad. Los amigos son para mí la cosa más impor­tante del mundo, la más significante y consoladora, y se requie­ren una delicadeza y un tino especiales para no perderlos. Creo que el secreto está en no tiranizarlos ni en exigirles más de lo que buenamente quieran darte, como y cuando puedan, en res­petar su albedrío, en ser tolerante con sus defectos, y en no pre­tender acapararlos, poseerlos ni ejercer sobre ellos coacción de ningún tipo. Sólo así no se pierden y reaparecen siempre como un milagro inesperado, porque únicamente se tiene de verdad aquello que no se somete a las reglas de la obligatoriedad o de la posesión, lo que nace en el seno de la libertad. Yo no le temo a la soledad, me he acostumbrado a ella y la aguanto bastante me­jor que la mayoría de la gente que conozco, pero siempre estoy dispuesta a quebrarla cuando un amigo viene a perfumarla con su conversación y compañía. Hablar con la gente de la más diversa condición y edad es algo que me encanta, y escuchar tanto o más que hablar. Supone una fuente inagotable de enseñanza y renuevo. Por un rato de buena conversación, lo dejaría todo."
Texto extraído de Agua Pasada (Anagrama, Barcelona, 1993, p. 11-25)