sábado, 25 de agosto de 2007

Enorme Londres

En estos momentos me encuentro en Oxford Street, Londres. Aquí estoy intentando descifrar la lógica londinense, que desde luego no es como la mía. Después de un día en el que surgieron algunos problemas con mi alojamiento, hoy la cosa va mejor. De momento me resulta curioso ver que en general los londinenses primero te lo ponen chungo para después querer arreglarte el problema de una manera tan servicial y amable que te da apuro. También he aprendido que son propensos a indicarte qué, cómo, por dónde y cuándo tendrías que hacer algo y que no hay que hacerles caso porque al final te lías el doble. Me refiero a aquello de: "Tienes que ir a la estación Victoria y de allí al 104 de la calle Xxx. Vete por esta calle, cruzas, te metes por la tercera, allí encontraras la estación de Xxx coges un tren hasta Yyy, luego enlazas con la linea Zzz y te bajas en..." y así hasta que ya no eres capaz de retener ni tu apellido.
A ver si me hago con ellos, que me quedan unos días, que aquí hay mucho que ver y esta visita me imagino que no será la última.