Como ya se lee en la nota anterior, por fin he hecho ese viaje a Londres que tenía pendiente desde siempre.
-¿No has estado en Londres? ¡Ay, lo que te va a gustar!
Años y años oyendo frases parecidas a esta; incluso me llegaron a decir una vez que yo mismo parecía de allí (gracias por el cumplido).
No se puede decir (al menos a mí no me lo parece) que Londres sea una ciudad "bonita"; no lo es en la forma en que sí lo son París, Donosti o Brujas (tan bonita, humana y real como un hotel de cinco estrellas). Londres se desborda de lo grande que es. Eso si, bajo un caos aparente por debajo todo funciona. Lo peor, como siempre, los turistas. Se traen la cámara y el disfraz y se dejan la mas leve señal de civismo en casa. Además, desde la popularización de las cámaras digitales es ya algo insoportable; son capaces de cortar la circulación de Oxford Street por una foto en la puerta de unos grandes almacenes.
Londres bien vale una misa. Habrá que volver, ahora que sé mas o menos cómo funciona.
Por si a alguien le interesa éste es mi álbum de fotos del viaje.