miércoles, 9 de enero de 2008

Los discos tristes que me hacen feliz

De la misma manera que en los momentos menos animados busco la soledad y la penumbra, también necesito la "banda sonora" ideal para acompañar la melancolía y así encontrar la paz y el equilibrio, es decir: cierto tipo de felicidad. Hay varios discos que me llevan acompañando desde hace tiempo y de los que no me separo. Como suele suceder con ciertos libros, aparecieron en algún momento y ahí se quedaron para siempre.

ELLA FITZGERALD: THE INTIMATE ELLA.
Ella Fitzgerald con la única compañía del pianista Paul Smith interpreta de forma sobria y sentida varios "standards". Es un disco íntimo y melancólico que muestra la otra cara de la inmensa cantante.

RICKIE LEE JONES: POP POP.
Ni de lejos está considerado como uno de sus grandes discos, pero me da igual. A veces triste a veces animado, se trata de otra colección de canciones ajenas, en versión "desenchufada", con el protagonismo de las personalísimas voz e interpretación de Rickie Lee Jones.

NAT KING COLE SINGS/GEORGE SHEARING PLAYS.

Más "standards" y otras canciones más o menos románticas. Quizá sea en algunos momentos un poco cursi, pero en otros es sublime. Es curioso que Nat King Cole acabase abandonando el piano por la voz hasta el punto de grabar discos como este: acompañado por un pianista.

GEORGIA KELLY Y DUSAN BOGDANOVIC: A JOURNEY HOME

El típico disco instrumental del programa Diálogos Tres de Ramón Trecet. El arpa de Georgia Kelly y la guitarra de Dusan Bogdanovic tocando composiciones propias y canciones populares.

Importante: No soy, ni músico, ni crítico musical. Léase todo lo anterior como una ocurrencia más de las mías. Esta aclaración, que tenía prevista hacer, se hace aún más necesaria después de haber leído un par de cosas que algunos atrevidos han puesto por ahí.