Ana Botella, Teniente de Alcalde y Concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, nos tiene acostumbrados a recordar el refrán en boca cerrada no entran moscas. Esta vez, sobre lo que cuesta al año la limpieza de los grafitti de Madrid, ha soltado lo siguiente:
"se podría construir, por ejemplo, algo tan necesario como siete escuelas infantiles"..."Los graffitis no sólo afean la ciudad sino que generan un coste absurdo que pagan los madrileños con sus impuestos, 1.000 millones de las antiguas pesetas"
De lo que se deduce que, a pesar de ser tan necesarias esas siete escuelas (que, por la frase, no parece que esté su construcción en la agenda), el ayuntamiento de Madrid elige gastar el dinero en limpiar las paredes, cosa que luego define como un gasto absurdo... la absurda es ella.