Hoy, que parece que tampoco nos va a tocar la lotería (20 € como mucho), he estado revisando algunos blogs y otras páginas web que de vez en cuando suelo visitar. Ojeando un artículo que, al parecer, salió en El País y que reproduce Heterodoxia - Red de hombres por la igualdad, me he quedado con la frase que he puesto como título. Creo que resume muy bien los asuntos que tratan estas organizaciones masculinas. Hace un par de meses intenté acercarme a estos movimientos igualitarios o profeministas pero en esos momentos estaban enfrascados en temas relativos, por un lado, a la violencia machista y por otro, a las familias monoparentales y la custodia de los hijos (al estar en boga actualmente el supuesto Síndrome de Alienación Parental que, como el creacionismo y la homeopatía, ahí está, sin nada serio que lo certifique). A mí, que soy básicamente radical, estos interesantísimos y preocupantes temas me parecen las ramas del problema y acabé dejando mi posible implicación para otro momento. Por eso me ha gustado la frase que utilizo como título: por ir a la raíz, al principio, al momento en el que nos estamos formando. Cuando, muy pequeñitos, con el primer lápiz nos hacen escribir mi mamá me mima, las mujeres y los hombres firmamos nuestra condena.
Ya hemos visto estas navidades, una vez más, los folletos de las jugueterías y grandes almacenes, con sus páginas rosas llenas de fotos de futuras mamás acariciando a sus hijitas de plástico y de aspirantes al papel couché con sus panoplias de maquillaje; en las azules, en cambio, aparecen agresivos futbolistas, agresivos pilotitos de F-1 y agresivos soldaditos con armas láser. Y luego nos escandalizaremos con el número de mujeres muertas a manos de sus parejas (masculinas), con el número de muertos en la carretera, con el número de casos de maltrato laboral, doméstico, social...
Seguiremos cantando:
Oé, oé, oé, oá,
la norma caeraaá...
la norma caeraaá...