Hay obras en todas partes. Bueno, como en cualquier otra ciudad, pero multiplicado por diez. Sacar una foto sin que se vea una grúa o un andamio es realmente difícil. La otra cara son las zonas tomadas por modernos y apabullantes edificios high-tech. Mucho, mucho dinero es lo que se ve. Y también se respira el triunfo del capitalismo: ¡Mira, mira, qué lujo! ¡Qué suntuosidad! ¡Cuánto cristal, titanio, acero; qué de materiales que aún no tienen nombre! ¡Qué bonito lo estamos dejando todo! ...también esa Parte que esos de antes la tenían tan manga por hombro...
Poco cunde el tiempo en una ciudad como Berlín. O, mejor dicho, ¿por qué no me habré quedado una semana más? Porque cundir, si cunde; y más cuando se viaja solo, pero, hay tanto para ver y para vivir... No será difícil volver. Eso sí, lo haré con una guía que no sea la mediocre y tendenciosa Guía Viva de Anaya, aunque, pensándolo bien, quizá ya no me haga falta ninguna.
Si alguien quiere ver fotos de Berlín el álbum lo tengo aquí.
domingo, 11 de mayo de 2008
Berlín, en proceso
Publicado por
Antxon
en
20:00
Etiquetas: Lugares, Ocurrencias