Hace un año largo titulaba Lo que da de sí un siglo a una nota de este blog. Si bien nosotros hemos visto bastante en relativamente poco tiempo, los que nacieron con el Siglo XX han sido testigos de unos cambios en la sociedad nunca imaginables en ciencia, tecnología y derechos. No se me olvida citar que hablo de los que nacieron aquí, donde los ricos; en otros sitios o ni se han enterado o sólo han conocido lo chungo.
Todo esto viene a cuento porque me he encontrado con una entrevista que, dicho sea de paso, sabe a muy poco, a un señor absolutamente desconocido por mí: Moisès Broggi, cirujano, que a sus 100 años acaba de publicar sus memorias. Ahora que andan por ahí malnacidos revisionistas intentando cambiar el pasado y la Historia se hacen más necesarias que nunca.
Como siempre, tirando del hilo, me he encontrado con un par de entrevistas más a este señor maravilloso que conozco desde hace diez minutos. Son ésta y ésta (ojo, 2 paginas) con joyas como este par de citas a continuación:
"–¿Qué es una guerra, doctor?
–Una animalada. Como miembro de la Physicians for the Prevention of Nuclear War, premio Nobel de la Paz en 1985, asistí en 1983 al congreso que se celebró en Cambridge. En el congreso participaba un almirante norteamericano que fue observador, desde un buque navegando a distancia, del bombardeo atómico de Hiroshima. El almirante era, de todos los asistentes al congreso, el más antibelicista. “Hiroshima fue un infierno”, repetía."
"Es bien cierto que sin ciencia no existiría una cirugía eficiente, pero también lo es que muchas veces esta misma ciencia, aplicada sin la debida ponderación inspirada por el arte, resulta una práctica fría, desprovista de sentido humano y, muchas veces, tan o más peligrosa que las enfermedades que trata de combatir."
Como siempre, tirando del hilo, me he encontrado con un par de entrevistas más a este señor maravilloso que conozco desde hace diez minutos. Son ésta y ésta (ojo, 2 paginas) con joyas como este par de citas a continuación:
"–¿Qué es una guerra, doctor?
–Una animalada. Como miembro de la Physicians for the Prevention of Nuclear War, premio Nobel de la Paz en 1985, asistí en 1983 al congreso que se celebró en Cambridge. En el congreso participaba un almirante norteamericano que fue observador, desde un buque navegando a distancia, del bombardeo atómico de Hiroshima. El almirante era, de todos los asistentes al congreso, el más antibelicista. “Hiroshima fue un infierno”, repetía."
"Es bien cierto que sin ciencia no existiría una cirugía eficiente, pero también lo es que muchas veces esta misma ciencia, aplicada sin la debida ponderación inspirada por el arte, resulta una práctica fría, desprovista de sentido humano y, muchas veces, tan o más peligrosa que las enfermedades que trata de combatir."